Así lo han hecho efectivo el director general de Planificación Hidrológica y Gestión del Dominio Público Hidráulico, Juan Serrato, y la delegada territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, Josefa González Bayo, con la entrega de una resolución que dará el amparo administrativo definitivo y, por tanto, “certidumbre” a una superficie de 1.515,64 hectáreas, casi la totalidad en el término municipal de Gibraleón (a excepción de unas cinco hectáreas adscritas a Aljaraque). De ellas, 1.159,98 hectáreas son de naranjos; 273,29, de olivar; y 82,37, de frutales de hueso.
Con esta iniciativa, según ha remarcado el director general de Planificación Hidrológica a Europa Press, se culmina el “largo proceso” de regularización de los aprovechamientos de aguas públicas superficiales por parte de las corporaciones con tomas directas al Sistema General de Infraestructuras Hidráulicas de la Junta de Andalucía.
Serrato ha recordado que ya el pasado mes de diciembre se fijaba un “hito” en la agricultura onubense con la concesión de 115,2 hectómetros cúbicos anuales a las comunidades de regantes Andévalo-El Almendro, Andévalo-Guadiana, Andévalo-Pedro Arco, Piedras-Guadiana, Chanza-Piedras, Sur-Andévalo, Palos de la Frontera, Valdemaría y El Fresno para abarcar una superficie de 37.777 hectáreas de la provincia (39.292 hectáreas al sumar las de la CR Onuba).
En la misma línea se ha pronunciado la delegada territorial, que ha subrayado que todas estas resoluciones de concesión otorgadas vienen a dar cobertura a la superficie regable sobre la que la Junta de Andalucía posee competencias plenas en materia de gestión y aprovechamiento de recursos hidráulicos, caso de la demarcación del Tinto-Odiel-Piedras, por contraposición a lo que ocurre con la del Guadalquivir, dependiente del Gobierno central.
Así, los derechos entregados desde diciembre engloban, en este sentido, a los términos municipales de El Almendro, San Silvestre de Guzmán, Sanlúcar de Guadiana, Villablanca, Villanueva de los Castillejos, Ayamonte, Isla Cristina, Lepe, Cartaya, San Bartolomé de la Torre, Gibraleón, Aljaraque, Punta Umbría y Palos de la Frontera, así como a parte de los de Lucena del Puerto y Moguer.
El cierre de esta “ardua tramitación”, según ha añadido Serrato, “asegura plenamente” la satisfacción de las demandas reales existentes para el suelo puesto en riego en la actualidad, para todos los cultivos transformados, “de ahí que estemos, sin duda alguna, ante un momento histórico para la agricultura onubense, con lo que ello representa para la provincia en términos laborales, comerciales y económicos”. De hecho, el abastecimiento de ese volumen aprovechable de hasta 119,63 hectómetros cúbicos de agua anuales (115,2 más 4,43) se encuentra “garantizado en situaciones climáticas ordinarias”.